Esta pirámide fue construida los años 18 y 12 a. C. como sepulcro para Caio Cestio, un magistrado, representante de los plebeyos y miembro del Colegio de Septemviri Epulones.

Inspirándose en las pirámides egipcias, bastante de moda en Roma durante la época de Augusto, la de Caio Cestio es el único ejemplo sobreviviente de pirámides romanas. La pirámide en sí está encerrada en las murallas aurelianas. En una cara de la pirámide hay una inscripción que indica que la construcción demoró 330 días.

Midiendo unos 36 metros de altura, 29.6 de ancho, su tamaño actual parece más pequeño debido a la elevación de la carretera en la que se encuentra. La estructura está revestida en mármol de Carrara y, gracias a los trabajos de restauración recientes, ahora se puede visitar el interior y se pueden ver los frescos refinados pintados sobre fondos blancos.