La iglesia se fundó en el Decumano Máximo, limita directamente con el Foro, de donde proviene el nombre del edificio. Debido a su proximidad con el Foro, también obtuvo el título de basílica. La iglesia fue dañada por el fuego que destruyó la mayor parte de Verona en 1172, y esta es la justificación para colocar una pared exterior de inscripción, grabada en un tríptico de mármol que recuerda a ese año "combusta est civitas Verone".
Las murallas románicas salieron a la luz en 1905, cuando se rompieron unos cuantos escombros fuera de la iglesia a lo largo de Corso Porta Borsari, el Municipio tuvo que intervenir. Por consejo del rector, toda la pared se derrumbó: así apareció la pared subyacente con capas isodómicas de toba y guijarros en forma de espiga. El exterior presenta una tumba de mármol, con una cruz, un escudo de armas y un tríptico suprayacente. La torre está construida de ladrillos: la base es del siglo XIV, mientras que la parte superior es mucho más reciente. En su interior se puede ver el relieve de Madonna col Bambino, firmado por el Maestro Pulia en el siglo XIII. La joya de la iglesia es el Portalino, esculpido en estilo renacentista por Jerome Giolfino. A los lados del arco y en su cumbre están la estatua de San Juan Evangelista, Pedro y Juan el Bautista, y en el nicho el fresco de Nicola Giolfino con San Juan en la isla de Patmos.