Es un asentamiento rocoso ubicado fuera del centro histórico, en Via Madonna della Croce. Su construcción probablemente se remonta al siglo XII, construida como una fundación ermitaña de los monjes de San Basilio, cuya presencia en el territorio Altamura está atestiguada en numerosas iglesias de roca (ver las criptas de Iesce, San Giorgio, Fornello).
El interior, excavado en toba, consiste en bóvedas bajas, sostenidas por cinco pilares que dividen la iglesia en cuatro pasillos. El piso está hecho de azulejos del siglo XVII. La iglesia contiene vestigios de frescos en el primer pilar de la izquierda, la imagen de medio cuerpo de Santa Lucía y en la siguiente columna, la coetánea San Nicola dei Greci. El segundo pasillo termina con el altar barroco en piedra policromada dedicado al Arcángel Miguel. A lo largo de las paredes laterales aparecen otras huellas de frescos. En la tercera nave, en el ábside, se puede ver la pintura de la Deesis.
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