La historia del palacio de Leoni Montanari comienza en 1678, cuando Giovanni Leoni Montanari decidió tener una gran residencia construida en el mismo sitio donde su familia ya poseía algunos edificios. La familia Leoni Montanari había alcanzado un sólido estatus financiero al producir y comercializar telas. En esos años, buscaban un rango social más alto y repetidamente pedían al municipio de Vicenza que fuera admitido en la nobleza. La construcción del palacio, por lo tanto, fue concebida como una evidencia elocuente de sus aspiraciones y del nuevo papel que estaban buscando en la vida de la ciudad. Esta situación fue un factor determinante para el estilo peculiar del palacio, que es la única residencia barroca en Vicenza, una ciudad por lo demás fiel a la enseñanza clasicista del arquitecto Andrea Palladio. Si bien la elección de un estilo arquitectónico tan extraño a Vicenza pretendía sorprender al público con su originalidad, también marcó una ruptura con el sabor definitivamente conservador de la aristocracia local. Si bien la documentación encontrada hasta ahora en los archivos no ha permitido identificar a los autores con certeza, sabemos que la construcción se llevó a cabo en dos fases distintas y se completó durante la segunda década del siglo XVII.
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