La iglesia de San Giovanni Evangelista, con un monasterio benedictino anexado, fue sometida a la dependencia directa del Papa, por Anacleto II. Cuenta con una historia ilustre, ya que es significativamente representativa de los acontecimientos políticos, sociales, económicos y religiosos de la Terra d'Otranto, desde la Edad Media hasta el siglo XIX.
Su fundación fue encargada por el conde normando Accardo II, en 1133, quien donó la aldea de Cisterno a los benedictinos. Privado por la tradición de que, entre las primeras abadesas, una hermana y una hija del conde Accardo y una unión del rey Tancredi d'Altavilla, San Giovanni se convirtió en el monasterio cuya comunidad de enclaustrado estaba formada, durante muchos siglos, por niñas de la mayoría de los pueblos. Aristocracia adinerada de salento. Además, constituía la institución a cuyo patrimonio llamativo pertenecían casas de campo enteras y el centro, no solo de relaciones con los pontífices y soberanos, sino también de una condición social, un prestigio religioso y una influencia artística de considerable importancia documentada por los preciosos archivo, desde el tesoro de los muebles y vestiduras sagradas, ambos conservados en el monasterio, y desde la supervivencia, única entre todos los monasterios de la ciudad, hasta la supresión, incluso después de la confiscación estatal de los bienes eclesiásticos que despojaron a San Giovanni de toda sustancia.
A pesar de los cimientos del complejo que data del siglo XII, quedan muy pocos restos de la estructura original. Las fábricas revelan una variedad de obras de los siglos XVI-XVIII.
En la primera mitad del siglo XVI pertenece, de hecho, el campanario cuadrado construido en varios niveles y adornado con arcos trilobulados y barreras de piedra a las ventanas de luz única, mientras que data de 1607 es la fábrica de la iglesia, en cuyo prospecto monocuspide se ubica la estatua. Realizado en piedra de lecce de san benedetto.
El interior de la iglesia, con una sola nave y una cruz latina, representa la expresión más fiel de un interior enclaustrado del Lecce del siglo XVII y el testimonio más cordial de un sabor suntuoso y admirablemente elegante.
Destaca el techo de madera del siglo XVII con lacunares tallados y dorados animados por lienzos, el piso de mayólica del siglo XVIII, el altar mayor que data del siglo XVIII y está decorado con el grupo de madera policromada del Evangelista de San Giovanni en Gloria y púlpito de estilo rococó.
En la nave hay cuatro altares, dos de los cuales se remontan a la primera mitad del siglo XVII, los otros dos, dedicados a San Benedetto y Santa Scolastica, están fechados en 1697. En el crucero, existen otros dos altares del siglo XVIII, para los cuales El pintor Serafino Elmo pintó la Ascensión de Cristo y la Adoración de los Pastores.
Las numerosas pinturas, distribuidas en la iglesia y en las salas del vasto monasterio, hacen de San Giovanni una verdadera galería de cuadros de pintura local del siglo XV, que se remonta a un fresco de la Virgen en el claustro, hasta la primera mitad del siglo XIX.
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