La villa de los Vescovi, emplazada sobre una loma en las Colinas Euganeas, rodeada de la exuberante y prístina vegetación de la campiña veneziana, es un icono arquitectónico que abrió camino en esta región del noroeste de Italia (y mucho más allá) hacia un regreso a los modelos clásicos, con ecos del Renacimiento romano, anticipando así la estética ampliamente copiada de Palladio. Fue el noble Alvise Cornaro quien concibió la idea de la Villa dei Vescovi a principios del siglo XVI, a pedido del obispo de Padua, quien deseaba un lugar donde reunir a su círculo intelectual para aprovechar el potencial del campo como catalizador de pensamientos y reflexiones elevados, considerados elementos esenciales para gobernar con sabiduría. Diseñada según ideales humanistas por el arquitecto veronés Giovan Maria Falconetto según un plan geométrico riguroso, la villa se benefició posteriormente de la aportación del artista Giulio Romano. Constituye un refinado experimento de cultura humanista, donde la arquitectura, el arte y el paisaje se relacionan entre sí en un juego de referencias visuales continuo a través de logias y terrazas, todo ello para mejorar el bienestar de aquellos que pasan tiempo allí. Al acercarte a la villa, una serie de viñedos da paso a las geométricas formas verdes del jardín amurallado, tras lo cual la belleza del paisaje real vuelve a reflejarse en los panoramas idealizados de las logias y los interiores, completamente cubiertos de frescos del pintor flamenco Lambert Sustris. La vocación original de la propiedad, como lugar capaz de inspirar y elevar el espíritu, sigue siendo relevante hoy en día: la invitación sigue en pie para sumergirse en la Villa dei Vescovi, disfrutando de un día de creativo ocio o pernoctando en el alojamiento para huéspedes, saboreando los beneficios de su ambiente acogedor.