El laboratorio nació en las fuentes de Fontebranda, en Via Santa Caterina, el lugar al que se refiere el nombre, que siempre ha permanecido igual. El propietario actual, Marcello Neri, quien se graduó en el Instituto de Arte de Siena, fue el aprendiz del fundador y luego se hizo cargo del taller de artesanos. El laboratorio que alberga una colección de antiguas mayólicas, continúa produciendo cerámica a raíz de la tradición artística y pictórica de Siena.
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