En el espléndido escenario de la Piazza del Popolo, se encuentra el obelisco de 23,9 metros de altura que data del siglo XIV aC. Fue el primer obelisco transferido a Roma en la época de Augusto, para celebrar la victoria sobre Egipto, y se estableció originalmente en el Circo Máximo.
Su posición actual, en el cruce de las tres calles que forman el llamado tridente (Via del Corso, Via di Ripetta y Via del Babuino), data de 1589 y se debe al incansable trabajo del el urbanista Papa Sixto V y su arquitecto Domenico Fontana.
El arquitecto y el papa trasladaron tres obeliscos a las áreas de tres basílicas romanas: San Pedro, Santa María Maggiore y San Juan de Letrán.
En el pasado, el obelisco de la Piazza del Popolo era una fuente de diversión para los romanos que, después de vendar los ojos a un compañero de juegos, lo obligarían a caminar desde el obelisco hasta Via del Corso.
Sería muy difícil para la desgraciada víctima tener éxito, porque estaría bloqueado por los obstáculos que encontró en su camino.
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