Durante siglos la basílica sirvió de iglesia bautismal. En 1340, Giovanni da Campione construyó un baptisterio en el interior, que permaneció allí hasta 1660, cuando el rito bautismal se transfirió a la Catedral. En 1898, el baptisterio fue reconstruido en estilo neogótico por Viginio Muzio. Las estatuas que representan las virtudes fuera de la iglesia son originales, junto con la estatua de San Juan Bautista y los bajorrelieves de la vida de Jesús que se encuentran en el interior.
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