A lo largo de la sección sur de los muros, en la plaza de la estación ferroviaria, se encuentra la torre más representativa del antiguo perímetro romano, llamada "du Pailleron" porque se usó durante mucho tiempo para el almacenamiento de heno.

La torre, con un plano de planta cuadrada y abierta en los cuatro lados con seis ventanas grandes, tres para cada nivel, se inserta en una parte de las murallas romanas que se abrió en la Edad Media para construir el llamado “Porta Ferriére”.

Después de haber sido dañada por el fuego, a finales del siglo XIX, la torre fue sometida a un cuidadoso trabajo de restauración con ladrillos, bajo la supervisión de Alfredo d'Andade.