En general, mi recorrido comienza en el Molo Audace, desde donde se disfruta de una vista impresionante de la Plaza de la Unidad de Italia. Después de llegar allí, hay un breve esfuerzo por subir hasta la cima del Colle di San Giusto, haciendo una parada en la iglesia románica de San Silvestro y en la espléndida iglesia barroca de Santa María la Mayor. Siguiendo los pasos de los antiguos romanos, cruzaremos la única puerta de las antiguas murallas de la ciudad, conocida como Arco di Riccardo, y luego alcanzaremos el punto más alto de la colina, desde donde la vista se extiende hacia el mar y el Karst. Volviendo la vista hacia el Castillo de San Giusto y la Catedral del mismo nombre, podrás vislumbrar los restos de una basílica romana y el Jardín Lapidario. Luego, descendemos -¡por fin!- hacia el Teatro Romano y llegamos al Gran Canal, el corazón del Borgo Teresiano, que alberga la mayor iglesia católica de Trieste, Sant'Antonio Taumaturgo, y la espléndida iglesia ortodoxa serbia de San Spiridione. El canal está bordeado de majestuosos y elegantes edificios neoclásicos de los siglos XVIII y XIX. Luego, nos dirigimos a saludar a la estatua de bronce de James Joyce colocada en el Puente Rojo para concluir el paseo en la Piazza della Borsa, dominada por el palacio del mismo nombre, la fuente de Neptuno, varios edificios de los periodos barroco, art nouveau y racionalista italiano, así como un originalísimo reloj de sol.