Entre los clientes habituales de Caffè San Marco se encontraban Italo Svevo, Umberto Saba y Virgilio Giotti, quienes escribieron poesía en dialecto local. Slataper y Stuparich también buscaron refugio allí. Hoy en día, es probable que nos encontremos con Claudio Magris, el intelectual triestino y famoso germanista. Fundada en 1914, se convirtió en una guarida de irredentistas y en un laboratorio de pasaportes falsos. En 1915, fue devastada por la policía austriaca. Reconstruida después de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en la sede de la Sociedad de Ajedrez de Trieste. El ambiente relajado, el estilo de las mesas de mármol y hierro fundido, las máscaras sobre el mostrador de madera con incrustaciones preservan la atmósfera del pasado.
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