La fuerte sensibilidad de Giacomo Manzù a los temas y las vibraciones ideales de su tiempo han connotado su trabajo más hacia una poética de mensajes, a menudo apasionados y siempre decididos, más que hacia una búsqueda estética del espíritu clásico.
El bronce "Alla Resistenza" es un ejemplo muy alto. No nació de un cliente, sino de una necesidad íntima del artista, quien expresó su visión de uno de los momentos civiles más dramáticos y fructíferos de nuestra historia.
La clave para comprender es la ausencia total de triunfalismo o atractivo heroico, así como de una mínima connotación de parte: Manzù propone el drama de la muerte, de los jóvenes aplastados por la violencia y el dolor de quienes permanecen. porque, por un lado, las razones de ese sacrificio y el precio humano de las víctimas no se olvidan, pero, por otro lado, ese sacrificio es un honor que lo convierte hoy en un motivo de tolerancia, respeto mutuo y cultura de civilización.
La resistencia, por tanto, como la raíz de la libertad y la comparación constante con los valores fundamentales del hombre.
Este es el espíritu con el que Giacomo Manzù quiso donar el trabajo a su ciudad y en base a lo cual eligió el corazón de su vida diaria como lugar.
La inauguración tuvo lugar el 25 de abril de 1977, coincidiendo con una gran exposición antológica dedicada por la ciudad de Bérgamo a su famoso hijo.
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