La iglesia fue construida en formas románicas alrededor de la segunda mitad del siglo XII. Fue oficiada por una colegiata de canónigos que, en 1354, ingresó en la Congregación de los Siervos de María, a la que perteneció la iglesia hasta finales del siglo XVIII. En la antigüedad, la iglesia tenía una estructura similar a la de San Teodoro: tres naves, linterna, cúpula y crucero falso. En el siglo XV, se agregó otra nave al pasillo derecho, de estilo gótico lombardo, que aún existe. En el siglo siguiente, el interior de la iglesia se redujo a una sola nave y se transformó completamente en un estilo barroco. También se construyó un presbiterio más grande que implicó la destrucción de la linterna, el crucero y el ábside original.

Actualmente la iglesia románica conserva la fachada, restaurada en 1940, de un hermoso ladrillo púrpura.

En la primera capilla a la derecha hay una obra de Agostino da Vaprio de 1498 con la Virgen y el Niño en el centro, a la derecha el Beato Bertoni, a la izquierda San Juan Bautista. En la luneta superior está el Padre Eterno.
En el crucero, cabe destacar un gran lienzo de Marcantonio Pellini (1664-1760) con el martirio de San Lorenzo. En el presbiterio, los dos frescos laterales con episodios de la vida de SSan Primo y Feliciano fueron pintados por Bardotti en 1860. El de la izquierda, mirando el altar, representa el juicio de los dos hermanos, el de la derecha, su martirio. En la primera capilla a la izquierda hay un retablo de Pavese Sabbadini, que representa el Crucifijo con San Pellegrino.
Otras obras valiosas están presentes en la fachada de la nave gótica anexa a la iglesia y en la propia nave.