Después de recoger a los viajeros en la Puerta de Nápoles, emprende un emocionante viaje hacia la ciudad histórica de Lecce, donde podrás admirar monumentos y edificios barrocos, casas pintadas de cal viva y mucho más. La excursión por la Florencia del sur de Italia te lleva a la catedral de Lecce, un auténtico tesoro arquitectónico. Originalmente construida en 1144 y restaurada entre 1659 y 1670, la catedral se convirtió en una de las más importantes de Italia gracias a la adición de un campanario de cinco plantas y una galería octogonal. A continuación, dirígete hacia la iglesia de los Teatinos, dedicada a Santa Irene, y maravíllate ante la amplia fachada de diferentes estilos. El portal está coronado con una estatua de Santa Irene creada por Mauro Manieri, mientras que el altar del arcángel San Miguel cuenta con una copia de una pintura epónima de Guido Reni. Cerca se encuentran el altar rococó de San Andrés Avellino y el altar del siglo XVII de San Oronzo, obra de Francesco Antonio Zimbalo. Admira el altar de Santa Irene con sus lienzos de Giuseppe Verrio y los 9 bustos de santos con reliquias históricas. Contempla también el altar de San Esteban, que alberga "La lapidación de San Esteban", también de Verrio. Visita el anfiteatro romano del siglo II a.C., ubicado cerca de la Piazza Sant'Oronzo. En su momento, tenía una capacidad de más de 25.000 localidades, pero actualmente está semienterrado entre monumentos construidos sobre él a lo largo de los siglos. Descubre la columna que sostiene una estatua del santo patrón de Lecce, San Oronzo, concedida a la ciudad por Bríndisi en reconocimiento a su papel clave en la curación de la plaga. Antiguamente fueron dos columnas, que marcaban el final de la mítica Via Apia, la carretera principal entre Roma y el sur de Italia. Pasea por las calles del centro histórico, visita la iglesia de Santa Clara y el Teatro romano, y absorbe la rica historia y cultura de esta ciudad.